Si queremos ser serios, crecer y evolucionar, también tenemos que ser deudores que nuestra historia. No hay ocurrencias en el arte.
Todo lo que se crea con animo de permanencia, es eso, una creación, lo demás son banalidades efimeras que duraran mientras alguien tenga el capricho de sustentar las, o con dinero o con criticas y textos "eruditos" o con marketing.
Cuando Harry Wallis en 1885 pinta un oleo en homenaje al poeta Thomas Chatteron mostrándonos su dramática muerte, ( se suicida al ser descubierto en sus falsificaciones) tiene sin duda, vocación de futuro. Esta creando.
Por eso, porque es una obra solvente, ha podido llegar hasta nosotros y por eso los artistas actuales que se preocupan en profundizar y buscar razones, pueden recrear su obra, utilizar sus argumentos y la historia contada para a su vez contarnos algo.
David Trullo hace esto.
Cuando David Trullo o Vasco Araujo quieren hablar en la actualidad del travestismo o de la identidad o de la confusión, acuden a la Historia, y con un lenguaje actual, recogen la creación y nos la entregan de una manera bella e intensa.
***Pequeña historia del poeta que se inventaba un poeta.
A los once años compuso la égloga Eleonure y Juga. Alegó –y le creyeron– que se trataba de un viejo manuscrito del siglo XV. Su autor –precisó Thomas– era el monje medieval Thomas Rowley, que, como es natural, no existí
Thomas Chatterton aprendió a leer pasados los siete años y murió antes de haber cumplido los dieciocho, tras haber realizado una falsificación literaria portentosa que engañó a diversos eruditos y le transformó en una legendaria figura del Romanticismo.
Podemos construir decenas de identidades dentro de nosotros, y de ahí que podamos representar en variadísimas situaciones".
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