03 enero 2011

TOKYO fotografias de Cesar Ordoñez

Tokyo es un viaje de introspección que continua la senda trazada por la serie Ashimoto en 2008. Igual que ésta, tiene por escenario vital y geográfico la ciudad de Tokio. Y en ese marco, que me libera y aligera de cualquier idea preconcebida, y me permite una mirada más fresca sobre mi, reflexiono sobre el concepto de identidad.

La exposición, compuesta por fotografías en color de diversos formatos y acabados, y varias piezas de video de corta duración, se transforma en un mosaico de “espejos” que, a través de la ciudad y su gente, y de un modo fragmentado, van reflejando mis pensamientos, mis dudas y mis sentimientos. Imágenes de encuentros fugaces, de instantes plenos, de deseos conscientes y también inconscientes, de realidades oníricas y sueños reales.




"Me reflejo en cada gota de lluvia, en cada mujer, en cada hombre. Veo mi imagen entre la multitud, a través de los paraguas transparentes que surcan las luminosas y evanescentes calles de Tokyo. La lluvia me envuelve, me acaricia, me golpea y me limpia…"


César Ordóñez





TOKYO

Cuando un artista escoge un tema como eje central de su trabajo está haciendo una declaración de intenciones que nos habla de lo que quiere conseguir, o como mínimo del camino que ha escogido para poder hacerlo. Japón es uno de los elementos que definen el trabajo de César Ordóñez, pero no el único. También tendríamos que hablar de la voluntad de capturar con la cámara fotográfica determinados instantes de la vida de una ciudad y de sus habitantes. He utilizado la palabra “determinados” deliberadamente; la elección de una cara del poliedro que constituye una ciudad nos indica donde podemos situar al observador.



Lo que busca César Ordóñez en Tokyo -y se refleja en las imágenes que produce- no es el exotismo oriental que persiguen los románticos del diecinueve, ni ciertamente el reflejo de una sociedad supertecnológica que deslumbra a determinados “geeks” de pacotilla. Es más sencillo que todo eso, persigue distanciarse, alejarse. Si la Luna estuviese habitada probablemente ya estaría allí. Toda esta distancia kilométrica le permite una mirada inocente que en casa le costaría encontrar, es decir, una mirada sin prejuicios. La primera persona de quien se quiere alejar Ordóñez es de él mismo, para reconstruirse de nuevo en Japón, donde su identidad, libre de ataduras, puede observar como las cosas que le rodean le influyen.

En estas series, especialmente en Ashimoto, el artista utiliza el reportaje documental como elemento para articular la narración, la construcción del significado de su trabajo, obteniendo una uniformidad estética que determina la percepción de cada una de las piezas reforzando el conjunto final. En Tokyo, César Ordóñez sube un escalón seleccionando piezas que tienen entidad individual como piezas aisladas pero que refuerzan su identidad cuando las vemos sucesivamente. Cada fotografía escogida para la exposición en la galería Rita Castellote forma parte de un gran rompecabezas que incluye imágenes recientes y otras mas antiguas, pero encajadas de forma que nos permite hacer una lectura lineal de su tesis de trabajo. Las diferentes fotografías seleccionadas, con la inclusión de otros elementos (como proyecciones de video) en un montaje sencillo pero muy efectivo, atrae al espectador entre la curiosidad y la complicidad, y le permite reconstruir con sus claves personales, el mundo que el artista ha edificado.


Màrius Domingo

Cesar y yo eligiendo las imagenes para la expo, estuvimos hablando dos tardes enteras sobre sus viajes,su esposa japonesa, su fascinacion por Tokyo, una ciudad inabarcable pero que él conoce bien, sus experiencias en ese país sorprendente, de contrastes y belleza inesperada.

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