03 febrero 2012

Renato D'Agostin fotografias en la galeria rita castellote de madrid

Renato D’Agostin nació en 1983.

Empezó su carrera de fotografía en Venecia, Italia en 2001. El ambiente en la ciudad nutría su curiosidad por captar escenas de la vida con su cámara. Por eso, en 2002, viaja por las capitales de Europa Occidental. Cuando regresa a Italia, entra en el Instituto Italiano de Fotografía, en Milán, y trabaja con el estudio de producción Maison Sabbatini.

En 2005, asiste a cursos de
Impresión Fina en el International Center of Photography en Nueva York. Poco después, se convierte en el asistente de Ralph Gibson.

En 2007, presenta Metropolis en la Leica Gallery en Nueva York, y después en otras galerías importantes de EE.UU y Europa, representado por Charles Zalber’s Photo 4, París. En Metropolis, las concepciones de tiempo y espacio son transfiguradas, liberando imágenes surrealistas y fantásticas relacionadas con las emociones profundas de nuestro subconsciente colectivo, un espacio que D’Agostin sabe investigar de manera sutil e íntima.

En 2009, presenta Tokyo Untitled, con epílogos de Eikoh Hosoe y Ralph Gibson. El libro y la exposición fueron presentados en Galerie Photo 4 (Paris), Leica ginza Salon (Tokyo), Leica Gallery (Nueva York), y FORMA International Center of Photography (Milán). En Rokyo Untitled D’Agostin se sumerge en las geometrías de la ciudad. Cuenta su viaje a través de sus experiencias en la calle, describiéndolas con un lenguaje de imágenes abstractas.

Al descomponer sujetos de sus realidades, demuestra su percepción del mundo que le rodea, la relación entre la arquitectura y la gente. Esto está destacado en su serie de Tokyo, en la que no tiene ni referencia ni conexión con el mundo externo, lo cual le permite descubrir lo invisible.



30 enero 2012

¿QUE PASA AHI FUERA? de Sheila Pazos: "Un mundo cándido y travieso"

Siento haberme retrasado, la verdad es que se me ha pasado el mes de enero volando. Ya estamos a punto de quitar la exposición de Sheila y casi ni me entero.
El mes de enero es terrible, es como los lunes mas o  menos. Empieza la semana o empieza el año. Hemos hecho recapitulacion del año transcurrido y propósitos de todo tipo para el que empieza. En realidad eso nos tiene agobiados:  mucho por delante, mucho por hacer o corregir o en lo que  perseverar. La experiencia del año que ha pasado, es como un informe en el que se señalan los fallos y los aciertos y se va definiendo el camino. A veces es un camino "de espinas" como el que tenemos por delante este dichoso año de los "ajustes". !Oh my Got ¡, esa palabra suena por todas partes .¿Y porqué no han ajustado antes? Mas bien ¿porque no ajustan las cuentas a los que nos han llevado a este disparate?. La avaricia rompe el saco,  viejo refrán que desde luego viene que ni pintado para el momento. En fin yo misma, que pensaba hablar de la exposición de la galería, me pongo a hablar de lo de siempre. Púes no. Basta ya. Y con ese espíritu de no dejarnos comer la moral, es con el que montamos la exposición Sheila Pazos. Es una obra llena de fantasía y de frescura que te saca de la realidad,  está llena de color y de situaciones imposibles. La protagonista de estas fotografías es una chica que ha crecido desmesuradamente, tanto que pasa andando por encima de los edificios de una ciudad o se sienta en los tejados dejando colgar sus piernas con medias color turquesa. Domina la ciudad y juega con ella.



Nos gusto mucho la idea de empezar el año con una artista joven y divertida, que nos ayudara a ver las cosas de manera mas imaginativa y alegre. En las fotografías de Sheila Pazos todo puede ser realidad.

"El único valor para el pensamiento es el sentido, es decir,
el pensamiento moral de lo imposible"
René Magritte

Un alto edificio de pisos recubiertos por un mantel a cuadros, un gato que imitando a King Kong se sube por las terrazas de unas viviendas, largas y grandes piernas de mujer ataviadas con medias rojas paseando por liliputienses calles... son algunas de las creaciones de las que se sirve Sheila Pazos para configurar un cosmos a su medida.
La artista, mediante la fotografía, excluye una interpretación única de significados. Es un argumento explícito construido al subvertir imágenes, con la emisión de mensajes paradójicos de la vida urbana y la profusión de enunciados variables. En las composiciones de esta artista es posible considerar apariencias diferentes según la mirada que las contemple, porque las premisas de las que parte no conducen a una sola conclusión, sino a muchas.
En este contexto soberano, "el sentido es lo imposible". Con la mutabilidad de escalas, volviendo los edificios diminutos y los animales y personas enormes, la creadora invierte realidades e impugna la idea de sentido común.  Su trabajo es la constatación de que es factible recorrer la imaginación para crear universos quiméricos, o que es viable a través de relaciones insólitas, asociaciones que responden a un carácter conceptual, frutos de registros personales vinculados directamente con el ámbito de la urbe, vivencias que la artista sufrió como hija de emigrantes en Suiza y posteriormente en su regreso a Galicia.
El potencial surrealista en sus piezas no tiene connotaciones oníricas propiamente dichas; lo mismo que sucede con Magritte, el automatismo freudiano no influye en la realización de esta propuesta, porque la razón y el gusto, elementos rechazados en el message automatique, Sheila no los desecha como instrumentos en su modo de producción. Las imágenes no las provoca el sueño, es la realidad la que las inspira.
(…)
La realidad y la fantasía se entrelazan invitándonos a jugar, a recrearnos en un mundo ficticio. Rudyard Kipling dijo una vez que "el niño es el padre del hombre", será por eso que cada vez que recorremos estas obras surgen luces que nos adentran en situaciones increíbles, un mundo cándido y travieso al margen de todo sentido común, un mundo donde la clave es la IMAGINACIÓN.
Pues claro que en estas piezas artísticas nada tiene sentido, porque todo es ilusión, magia, encanto y sugerencia. Aquí cada cual es susceptible de desentrañar los montajes, concebidos por Sheila Pazos, a su manera, dando rienda suelta a sus pensamientos. La artista nos da libertad para llegar a su obra ofreciendo caminos plásticos de indudable belleza a través siempre de ese creativo laberinto del sentido de lo imposible.
                                    Mercedes Rozas
                            (Crítica y comisaria de arte)